Blancanieves | Cuento corto


Hace mucho tiempo, en un país muy lejano, nació una hermosa princesa, de piel muy blanca, a la que los padres bautizaron con el nombre de Blancanieves. 

Al poco tiempo, su madre murió y su padre se casó con otra mujer que envidiaba la belleza de Blancanieves. Pasaron los años y el padre también murió. Desde entonces, su madrastra la tuvo encerrada en el castillo. 

La madrastra tenía un espejo mágico al que preguntaba a diario:

– ¿Quién es la mujer más bella del reino?

– Tú, reina, tú eres la mujer más bella del reino -respondía el espejo.

Blancanieves continuó creciendo hasta convertirse en una hermosa joven. Un día la madrastra preguntó a su espejo quién era la mujer más bella del reino. Y el espejo respondió:

– Blancanieves es la mujer más hermosa del reino.

Llena de ira, la madrastra llamó a un cazador y le ordenó que matara a Blancanieves y volviera con su corazón en un cofre como prueba de su muerte

Al día siguiente, el cazador se llevó a Blancanieves al bosque y, una vez allí, sintió tanta pena que no pudo matarla y dejó que huyera. A su vuelta, le entregó a la reina el corazón de un ciervo en el cofre. 

Mientras tanto, Blancanieves recorrió todo el bosque hasta que se encontró con una casa donde refugiarse. Dentro encontró siete pequeñas camas y, al instante, se tumbó y cayó profundamente dormida. En ese momento aparecieron siete enanitos que volvían cantando después de su trabajo en la mina. Cuando llegaron se encontraron allí dormida a Blancanieves que se despertó y les contó su triste historia. Los enanitos, boquiabiertos, le pidieron que se quedase a vivir con ellos.

Poco después, la madrastra preguntó llena de satisfacción al espejo quién era ahora la más guapa, y el espejo le contestó:

– La más guapa sigue siendo Blancanieves, que vive en el bosque en la casa de los siete enanitos.

Llena de ira, recurrió en esta ocasión a un libro de magia. Se convirtió en una vieja anciana e inyectó un veneno en una manzana. Cuando los enanitos se fueron a trabajar, la reina llamó a la puerta y le ofreció la manzana a Blancanieves quien aceptó, la mordió y, al instante, cayó profundamente dormida. La vieja se marchó riéndose orgullosa por ser ahora la más guapa.

Ilustración de Blancanieves frente a la bruja


Cuando terminaron su trabajo, los enanitos volvieron a casa y encontraron que Blancanieves estaba muerta. La llevaron al bosque y la dejaron en una urna de cristal para que todos la pudieran ver. Todos los días iban a visitarla, no dejaban de llorar y de llevarle flores. Un día, apareció un príncipe a caballo que levantó la tapa de la urna de cristal y deshizo el maleficio.

Blancanieves despertó, fueron todos hasta el palacio y expulsaron de una patada a la reina malvada.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

¿Cuál es el origen de Blancanieves? ¿Y en qué historia se inspira este cuento corto que hemos adaptado libremente?

El cuento de Blancanieves tiene sus orígenes en varias fuentes folclóricas y literarias, pero la versión más conocida y popular fue recopilada y adaptada por los hermanos Grimm en su colección de cuentos de hadas.

Conoce más sobre el origen de este cuento milenario y lee la versión del cuento de Blancanieves y los siete enanitos de los Grimm.