Blancanieves de los Hermanos Grimm

Hace mucho tiempo, en un país muy lejano, nació una hermosa princesa, de piel muy blanca, a la que los padres bautizaron con el nombre de Blancanieves. Blancanieves creció y su madre enfermó hasta que se murió. El padre se casó entonces con otra mujer, muy guapa pero también muy mala, que envidiaba la belleza de Blancanieves. Pasaron los años y el padre de Blancanieves también murió, así que la madrastra se hizo con todo el reino y no hacía más que dar órdenes a Blancanieves, la tenía todo el día limpiando el palacio. La madrastra tenía un espejo mágico al que preguntaba a diario:

– ¿Quién es la mujer más bella del reino?
– Tú, reina, tú eres la mujer más bella del reino -respondía el espejo.

Blancanieves continuó creciendo hasta convertirse en una hermosa joven. Un día la madrastra preguntó a su espejo:

-¿Quién es la mujer más bella del reino?

Y el espejo respondió:

– Blancanieves es la mujer más hermosa del reino.

Llena de ira, la madrastra pensó en matar a Blancanieves, llamó al cazador y le pidió que al día siguiente llevara a Blancanieves al bosque y allí la matase y le trajese el corazón en un cofre como prueba de su muerte.
Al día siguiente, el cazador se llevó a Blancanieves al bosque y, una vez allí, sintió tanta pena que no pudo matarla, así que le confesó la idea de la malvada madrastra y siguió diciéndole:

– Mejor huye, vete, escápate y no vuelvas al castillo nunca más.

En este momento se le ocurrió matar a un ciervo, arrancarle el corazón y meterlo en el cofre. Volvió al castillo, donde estaba la madrastra, y le entregó el corazón del ciervo, creyendo ésta que era el corazón de la joven princesa.
– Ahora yo sí que soy la más guapa.

Mientras tanto, en el bosque, Blancanieves, sola y con miedo, no paraba de llorar.

Corrió y corrió, pasó así toda la noche, hasta que amaneció. Fue ahí cuando divisó a lo lejos una pequeña casa, muy bonita. Abrió la puerta y se la encontró vacía, sucia y muy desordenada. Empezó a ordenarla y a limpiarla hasta encontrarse muy cansada.

Subió al primer piso donde vio siete pequeñas camas y, al instante, se tumbó y cayó pro fundamente dormida.

Mientras tanto, los siete enanitos habían terminado ya su jornada laboral y regresaban a su casa cantando. Cuando llegaron a casa y abrieron la puerta, se encontraron con una gran sorpresa, la casa estaba limpia y ordenada, ¿quién habrá sido?

Subieron al primer piso y allí se encontraron a una hermosa joven en la cama. Blancanieves se despertó y, al verlos, se presentó, contando a continuación su triste historia.

Los enanitos, boquiabiertos, le pidieron que se quedase a vivir con ellos.

– Quédate a vivir con nosotros, nos encantaría que te quedases aquí.

Blancanieves aceptó encantada.
Mientras tanto, en el palacio, la madrastra preguntaba otra vez lo mismo al espejo, que le contestó:

– La más guapa sigue siendo Blancanieves, que vive en el bosque en la casa de los siete enanitos.
– No puede ser.

Llena de ira, recurrió, en esta ocasión a un libro de magia, creando una poción que, al beberla, la convertiría en una encantadora ancianita. Continuo la magia e inyectó en la manzana un veneno que había preparado para que, en cuanto blancanieves mordiese la manzana, cayese profundamente dormida para siempre.
Al día siguiente, los siete enanitos se fueron a trabajar y Blancanieves se quedó realizando las tareas de la casa, momento que aprovechó la ancianita para aproximarse a la ventana, golpearla y decir:
– Buenos días, ¿te apetece una de estas manzanas?

Blancanieves cogió la manzana, la mordió y, al instante, cayó profundamente dormida.

La vieja se reía:

– Ja, ja, ja… Ahora sí que soy la más guapa.

Más tarde, los enanitos terminaron su trabajo y volvieron a casa, al abrir la puerta se encontraron la escena y no dejaban de llorar. Blancanieves estaba muerta.
La llevaron al bosque y la dejaron en una urna de cristal para que todos la pudieran ver. Todos los días iban a visitarla, no dejaba de llorar y de llevarle flores, hasta que, un día, el príncipe azul a caballo pasó por el bosque, al ver a la joven, se aproximó, levantó la tapa de la urna de cristal y besó a Blancanieves en los labios, deshaciendo así el maleficio.

Blancanieves despertó contenta y feliz. Los dos se marcharon a palacio donde expulsaron de una patada a la reina malvada. Se casaron y fueron muy felices. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

 

¿Blancanieves de los Grimm es el cuento original?

 

Los hermanos Grimm, Jacob y Wilhelm, eran dos folcloristas y académicos alemanes del siglo XIX. Recopilaron y publicaron una serie de cuentos tradicionales alemanes, incluyendo Blancanieves, en su famoso libro Cuentos de la infancia y del hogar (Kinder- und Hausmärchen).

Sin embargo, la historia de Blancanieves tiene raíces más antiguas y se puede encontrar en diferentes formas en diversas culturas alrededor del mundo. La trama básica de una joven princesa que es envidiada y perseguida por una malvada madrastra aparece en cuentos populares de diferentes regiones.

Uno de los primeros registros escritos de una historia similar a Blancanieves se encuentra en la obra “Historia Apollonii Regis Tyri” del siglo III, donde una princesa llamada Antía también es perseguida por una madrastra. Además, se cree que el cuento tiene influencias de mitos y leyendas germánicas y nórdicas, donde se relatan historias de princesas que se sumergen en un sueño o son resucitadas.

En resumen, el cuento de Blancanieves ha evolucionado a lo largo de los siglos a través de diferentes tradiciones y adaptaciones literarias, siendo la versión de los hermanos Grimm una de las más conocidas y difundidas en la cultura occidental.

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